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Artículos sobre la oración

El Hecho Guadalupano es reconciliador

El pueblo mexica era esencialmente guerrero. Inicialmente, cuando venían de Aztlán buscando tierras, andaban sin rumbo y no eran recibidos por ningún pueblo. Se tenían bien ganado ese rechazo porque, cuando, por ejemplo, habían conseguido la buena voluntad del Tlatoani de Culhuacan, en cuyo territorio residían, le pidieron a su hija para convertirla en diosa de la guerra. El Tlatonani accedió. Poco después los aztecas invitaron al Tlatoani y apareció el brujo bailando revestido con la piel desollada de su hija.

El “día del Señor” y el precepto dominical

Dios ha hecho a los hombres con el fin de conducirlos a la salvación. Pero el hombre no es sólo cabeza, sino también corazón. Por eso Dios ha hablado al entendimiento y también al corazón del hombre, todo para obtener la conversión.

¿Cuál es el centro del domingo —o mejor— de “tu” domingo? un paseo, el cine, el trabajo, la comida familiar... A veces el centro no es Dios porque no sabemos lo que implica cumplir el precepto dominical, porque el domingo debería de ser el “Día del Señor”.

El “Angelus”

La 4ª aparición de la Virgen en Fátima no fue posible el 13 de agosto de 1917, porque en este día el alcalde tenía prisioneros a los 3 niños para  tratar de hacerlos decir que ellos no habían visto a la Virgen, aunque no lo logró. La aparición sucedió unos días después. La Virgen les dijo en esta aparición: "Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Tienen que recordar que muchas almas se condenan porque no hay quién rece y haga  sacrificios por ellas".

Pregonero de la bondad divina

Casi al concluir la película “Quisiera ser millonario” (Slumdog millionaire), el hermano del protagonista expira diciendo una hermosa frase: “Dios es bueno”. Si bien queda grabada esa idea dramáticamente al final, se sugiere a lo largo de toda la película como telón de fondo: en medio de la miseria humana la bondad de Dios encuentra un camino para manifestarse. Esta idea, tan bellamente expresada cinematográficamente, fue vivida en plenitud por San Juan María Vianney.