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Luz del Mundo

 Cuando obsequio una pequeña fotografía del Papa -y ocurre con frecuencia-, tanto de Juan Pablo II como ahora de Benedicto XVI, observo siempre una simpática reacción. Aquella persona, tanto adultos como jóvenes, gente sencilla o no tan sencilla, miran la foto con simpatía, como si correspondieran al afecto que descubren en el rostro del Papa, la reciben y la conservan celosamente.

Estos días Benedicto XVI vuelve a estar en el centro de la noticia al anunciarse la publicación de un nuevo libro que recoge otra larga entrevista -la tercera- concedida al periodista alemán Peter Seewald. De estos diálogos surgió la obra titulada "Luz del Mundo: El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos”. A raíz de su trato tan cercano con Benedicto XVI nos confesó Seewald que, si por una parte es imposible no advertir el “nimbo imponente” ligado a su autoridad de Pontífice, por otra es verdad también que “la esencia de Ratzinger no ha cambiado”, así como “su cordialidad y mucho menos su gran humildad y su fuerza intelectual, su increíble capacidad de formular los pensamientos”. ¿Cómo decirlo?, añade Seewald: “En realidad se ha hecho aún más humilde, aún más sencillo, y esto me ha fascinado”.

Es cierto, Benedicto XVI se nos hace cada día más cercano, y sus palabras -sencillas, sinceras, claras- son cada vez más convincentes. A las audiencias publicas, por ejemplo, acuden cada semana más peregrinos.

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Peter Seewald nació en 1954 en una familia católica de la región de Passau, en Alemania. Siendo joven se alejó de la Iglesia y se alineó con las ideologías de izquierda. Ejerce el periodismo desde 1981 y actualmente vive en Munich. En 1996 publicó su primer libro sobre el entonces Cardenal Josef Ratzinger, “La sal de la tierra. Cristianismo e Iglesia católica en el cambio hacia el Tercer Milenio”, basado en una larga entrevista que determinó después el regreso Seewald a la Iglesia católica. En el año 2002 publicó el libro “Dios y el mundo. Creer y vivir en nuestra época. Una conversación con Peter Seewald”, que también recoge sus conversaciones con el cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI. Dice Seewald en el prólogo: “Abandonar la Iglesia (…) no es fácil, pero regresar es mucho más difícil aún”.

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Presentado el libro la mañana del martes 23 de noviembre en la Oficina de Prensa del Vaticano, Mons. Rino Fisichella, presidente del nuevo Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, dijo que Seewald pregunta al Papa sobre “los grandes temas que marcan la teología del momento, los diferentes acontecimientos políticos que siempre han acompañado las relaciones entre los diferentes países y, por último, los interrogantes que a menudo ocupan gran parte del debate público. Estamos ante un Papa que no se niega a responder a ninguna pregunta, que se expresa con un lenguaje sencillo, pero no por eso menos profundo, y que acepta con benevolencia las provocaciones de tantas preguntas”.

En referencia a la confusión mediática generada por lo que afirma el Santo Padre sobre el preservativo comenta que “reducir la entrevista a una frase sacada de contexto y de todo el pensamiento de Benedicto XVI sería una ofensa a la inteligencia del Papa y una manipulación gratuita de sus palabras. Lo que emerge del marco general de estas páginas es la visión de una Iglesia llamada a ser la Luz del mundo, signo de unidad de todo el género humano”.

El volumen que se presenta hoy, dijo Fisichella, “es una entrevista que, en cierto sentido supone un reto para hacer un serio examen de conciencia dentro y fuera de la Iglesia con el fin de lograr una verdadera conversión del corazón y de la mente. Las condiciones de vida de la sociedad, la ecología, la sexualidad, la economía y las finanzas, la misma Iglesia… son cuestiones que requieren un esfuerzo especial para verificar la dirección cultural del mundo de hoy y las perspectivas que se abren para el futuro”.

El Santo Padre, prosiguió, “vuelve a menudo en estas páginas a la relación entre modernidad y cristianismo. Una relación que no puede ni debe vivirse paralelamente, sino conjugando correctamente fe y razón, derechos individuales y responsabilidad social, ‘poner a Dios en el primer lugar’. Esta es la conversión que el Papa pide a los cristianos y a todos los que deseen escuchar su voz.”.