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La monja Schumacher y la fantasía veraniega

El mismo día en que
Benedicto XVI tuvo el accidente doméstico que le causó la fractura de la muñeca,
las agencias de noticias se hacían eco de un episodio singular. La policía de
tráfico detuvo por exceso de velocidad en la autopista Turín-Aosta, a un coche
en el que viajaban tres monjitas. Las religiosas justificaron sus 180 kilómetros
por hora afirmando que estaban preocupadas por el incidente del Papa, del que
habían oído en la radio. La noticia
apareció al día siguiente en los principales periódicos, incluso fuera de
Italia.

A pesar de la
peregrina explicación, debo reconocer que las anónimas monjitas me cayeron
enseguida simpáticas. Supuse que, sin duda, deberían de ser jóvenes y que
viajaban en un buen coche, tal vez prestado, y que gracias a la proverbial
flexibilidad italiana, las monjas habrían salido bien paradas. Mis previsiones,
sin embargo, estaban equivocadas: según la prensa, se trataba de un modesto Ford
Fiesta, la monja conductora no era tan jovencita (A.M, 56 años) y la piadosa
excusa no le había impedido la multa (375 euros más un mes sin carnet de
conducir). A.M, sin embargo, recurrirá...

Pero lo más curioso
del caso es que todo parece indicar que se trata de una noticia inventada. La policía de tráfico ha emitido un
comunicado en el que se afirma que la noticia carece de todo fundamento. No
consta en ninguna parte. Y pensar que el telediario del segundo canal de la Rai
ha entrevistado incluso al abogado de la monja...  Bien, estamos en verano y
tenemos necesidad de noticias de interés humano.  “Se non è vero, è ben
trovato!”