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La doxología final

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CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA

SEGUNDA SECCIÓN 
LA ORACIÓN DEL
SEÑOR:
"PADRE NUESTRO

LA DOXOLOGÍA FINAL

2855 La doxología final "Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por siempre Señor" vuelve a tomar, implícitamente, las tres primeras
peticiones del Padrenuestro: la glorificación de su nombre, la venida de su
Reino y el poder de su voluntad salvífica. Pero esta repetición se hace en
forma de adoración y de acción de gracias, como en la Liturgia celestial (cf
Ap 1, 6; 4, 11; 5, 13). El príncipe de este mundo se había atribuido con
mentira estos tres títulos de realeza, poder y gloria (cf Lc 4, 5-6). Cristo,
el Señor, los restituye a su Padre y nuestro Padre, hasta que le entregue el
Reino, cuando sea consumado definitivamente el Misterio de la salvación y Dios
sea todo en todos (cf 1 Co 15, 24-28).

2856 "Después, terminada la oración, dices: Amén, refrendando por
medio de este Amén, que significa 'Así sea' (cf Lc 1, 38), lo que contiene la
oración que Dios nos enseñó" (San Cirilo de Jerusalén, catech. myst. 5,
18).

Resumen

2857 En el Padrenuestro, las tres primeras peticiones tienen por objeto la
Gloria del Padre: la santificación del nombre, la venida del reino y el
cumplimiento de la voluntad divina. Las otras cuatro presentan al Padre nuestros
deseos: estas peticiones conciernen a nuestra vida para alimentarla o para
curarla del pecado y se refieren a nuestro combate por la victoria del Bien
sobre el Mal.

2858 Al pedir: "Santificado sea tu Nombre" entramos en el plan de
Dios, la santificación de su Nombre -revelado a Moisés, después en Jesús -
por nosotros y en nosotros, lo mismo que en toda nación y en cada hombre.

2859 En la segunda petición, la Iglesia tiene principalmente a la vista el
retorno de Cristo y la venida final del Reino de Dios. También ora por el
crecimiento del Reino de Dios en el "hoy" de nuestras vidas.

2860 En la tercera petición, rogamos al Padre que una nuestra voluntad a la
de su Hijo para realizar su Plan de salvación en la vida del mundo.

2861 En la cuarta petición, al decir "danos", expresamos, en
comunión con nuestros hermanos, nuestra confianza filial en nuestro Padre del
cielo. "Nuestro pan" designa el alimento terrenal necesario para la
subsistencia de todos y significa también el Pan de Vida: Palabra de Dios y
Cuerpo de Cristo. Se recibe en el "hoy" de Dios, como el alimento
indispensable, lo más esencial del Festín del Reino que anticipa la
Eucaristía.

2862 La quinta petición implora para nuestras ofensas la misericordia de
Dios, la cual no puede penetrar en nuestro corazón si no hemos sabido perdonar
a nuestros enemigos, a ejemplo y con la ayuda de Cristo.

2863 Al decir: "No nos dejes caer en la tentación", pedimos a Dios
que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Esta petición implora
el Espíritu de discernimiento y de fuerza; solicita la gracia de la vigilancia
y la perseverancia final.

2864 En la última petición, "y líbranos del mal", el cristiano
pide a Dios con la Iglesia que manifieste la victoria, ya conquistada por
Cristo, sobre el "Príncipe de este mundo", sobre Satanás, el ángel
que se opone personalmente a Dios y a Su plan de salvación.

2865 Con el "Amén" final expresamos nuestro "fiat"
respecto a las siete peticiones: "Así sea".